miércoles, octubre 03, 2007

Todo arde si le aplicas la chispa adecuada

Para iniciar la travesía de escribir alguna historia real o ficticia lo que debe primar por sobre todo es las ganas de contar, el deseo de querer deshacerte de una parte de ti a traves de tu palabra, sin embargo, entiendo que para volcar lo que tu imaginación te brinda no solo basta con querer contar hay que tener las herramientas necesarias un poco de esto y un poco de aquello, en resúmen: "la chispa adecuada". El titulo de esta canción de Bunbury (que no conocía hasta que una amiga muy especial me la hizo ver) explica lo de la cereza en el pastel que debes agregar para que la cosa funcione, cuaje y se mantenga en vigencia al menos hasta que el mundo sea mundo.

Personalmente escribo como un pasatiempo que ayuda a relajar mi cuerpo, es el puntal de la terapia para lograr mis 24 horas de serenidad, creo que por eso estoy "conectada" (me parece mejor termino que "inspirada") cuando por fin entro en contacto con mi realidad y salgo del limbo ese desde donde miro todo y a todos. Al estar ya "adentro" puedo plasmar con cierta lucidez mis ideas no se si con la "chispa" de Bunbury pero con mucho empuje eso si. En consecuencia, cuando no publico, ando mas fuera de si que de costumbre, a simple vista pareciera ser al revés: publicas para ahondar "tus" temas mas y mas: suéltalo ya, trabaja en algo productivo para que tu mente este ocupada y déjate de cuatro cosas, nada mas contrario a la realidad el limbo se hace inconmensurable ya que atraes hacia el a todo cuanto te rodea si te ciegas a reconocerte; primero acepta tus necesidades, satisface las posibles y elimina aquellas que des por imposibles y posteriormente todo se vera con mayor claridad.

En este momento que trabajo ya en algo productivo para mucha gente (incluyéndome of course) y por mi mente pasan decenas de ideas, tengo la paz suficiente para "contar" el inicio de una nueva etapa en mis puntos suspensivos, con una decisión tan solida que no necesitaba escribirlo para confirmarlo, estoy aquí preparándome para mi incursión legal al mundo de los solteros después de doce años de estar casada sin estarlo.